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  • Foto del escritorDiego Armando Parada

Lobos BUAP: El desinterés de la liga con el fútbol femenil



El martes 11 de junio se oficializó la venta del Club Lobos BUAP a la empresaria Chihuahuense Alejandra de la Vega. Esta compra generó una serie de movimientos internos en la liga, entre los que se destaca la reestructuración del formato en la división de ascenso, que ha pasado a ser una competición de 14 equipos. También fue incluido un equipo extra en la Copa MX y a los Bravos de Juárez se le han adjudicado todas las responsabilidades extra de un equipo de primera división.


Entre estas necesidades que deberá cubrir el conjunto Juarense, se encuentra la creación y afiliación de equipos para divisiones inferiores, asimismo, armar un conjunto para participar en la Liga MX Femenil.


La noticia de esta serie de negocios inundó las redes. Para muchas personas esto pone un final, bueno o malo, a la telenovela de Lobos BUAP y su cambio de residencia. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta el futuro de las 26 jugadoras afiliadas al equipo femenil.

El equipo de la BUAP se tuvo que desintegrar con un apenas un año cumplido en la Liga MX femenil. Un año de altas y bajas, donde lucharon por puestos importantes. Justo al final de la temporada, el club encontró hegemonía. Los ánimos estaban a tope y los resultados también, sin embargo, el club no logró calificarse a liguilla, pero dejó en claro que la base de los buenos resultados fue el esfuerzo y la buena relación en el vestuario.


Semanas antes de la venta, las jugadoras todavía soñaban con el siguiente torneo. Los entrenamientos de pretemporada habían comenzado. El club recientemente había desmentido los rumores sobre la venta del equipo, al menos eso dijeron. El domingo 26 de mayo las cosas lucían de lo más normal, de hecho, aquel día disputaron un amistoso internacional. Las Cleveland Ambassadors fueron las invitadas de honor.


Sin embargo, esos rumores que parecían haberse disipado, volvieron con mucha más fuerza. los nervios y la angustia estuvieron presentes desde días antes de la oficialización de la venta del club. Nadie decía nada, ni los de arriba ni los de abajo. Por el equipo masculino no había mucho que perder, posicionar a cuatro jugadores en otro equipo varonil es fácil. Al contrario, reubicar a 26 jugadoras y procurar que todas tengan un lugar en algún equipo de una liga que es emergente, es una tarea difícil.


Los días pasaban, las jugadoras ya no compartían en sus redes sociales el orgullo de jugar para Lobos. La primera en dar muestras de vida fue Claudia Cid, defensa y capitana del equipo. Las noticias no fueron para nada esperanzadoras, con aires de nostalgia se despidió del club y agradeció a todos los que apoyaron el proyecto. Cid partía ante la incertidumbre.


Días después, Eileen Martínez se sumaba al umbral de la desesperanza. “Detesto las despedidas” escribió en su cuenta de Twitter. La venta ya estaba hecha, las jugadoras ya lo sabían, sin embargo, nadie abogaría por ellas. Lo mejor que pudo hacer la directiva fue rescindir contratos y dar cartas de libertad a todas aquellas que sudaron la camiseta de Lobos. Sin rumbo y sin equipo, lo único seguro es que ya no jugarían en el estadio Olímpico de la BUAP los lunes por la tarde.



Liga MX femenil: Una competición femenil de la liga masculina


El torneo mexicano femenil no es más que una extensión del ya conocido negocio de la Liga MX. El surgimiento de esta competición, aunque promueve la práctica del fútbol en el público femenil, no es justo ni fructífero para el nivel competitivo. De cierta manera, al igual que muchas de las decisiones de la liga, es un paso adelante que con el tiempo se ha visto entorpecido de múltiples formas.


La posibilidad de que un equipo pertenezca a la primera división del fútbol femenil se distancia enormemente de la verdadera labor deportiva, ya que depende exclusivamente del desempeño, tanto deportivo como administrativo, de los equipos afiliados al máximo circuito del fútbol mexicano varonil. Este factor es contraproducente, e inhibe a los equipos femeniles de la propia facultad de independencia.


Un equipo de la liga femenil puede ser campeón y la temporada siguiente a su triunfo desaparecer. Esto debido a que el rendimiento femenil no tiene importancia en la permanencia de un equipo afiliado a liga MX. Los resultados y movimientos económicos importantes se encuentran del lado masculino, al igual que el descenso.


El caso de Lobos BUAP es el primero en tan solo tres años de esta extensión del fútbol mexicano, aunque seguramente no será el único. La dependencia de franquicias es el punto que encabeza una larga lista de problemáticas organizacionales.


El entorno femenil es difícil, existen clubes que no cuentan con el respaldo de su directiva, unos fueron creados por obligación y de mala gana, otros tienen que jugar en canchas de entrenamiento y ni hablemos de los sueldos. La forma en que se desempeña la liga MX femenil no es la idónea y mucho menos la más favorable para el desarrollo de las jóvenes jugadoras de México. La ausencia mexicana en el mundial femenil es prueba contundente de una liga que fue creada más por negocio que para nutrir y mejorar el desempeño del deportista en las competiciones internacionales.



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