Escribir objetivamente cuando tu equipo fue superado es algo que se torna sumamente difícil. Esconder los sentimientos encontrados es una actividad martirizante, pues queriendo o no, los sentimientos quedan impregnados en los párrafos escritos.
Ante la derrota de hoy, siendo seguidor a morir de la Juventus, no me queda nada más que esperar el partido de vuelta, con toda esa tensión que implica jugar en casa con el marcador en contra y con la necesidad de no recibir gol. Las cosas lucen complicadas, lo más probable es que para el encuentro en el Allianz Stadium, el Atlético de Madrid salga a defender su resultado como un perro hambriento defiende un hueso.
Hace eco en la cabeza todo aquello que pregonan los medios: Que si es un fracaso caer en octavos, que si el fichaje de Cristiano Ronaldo es una pena, que si la Juventus desaparece en momentos importantes, que si Dybala es un pecho frío, que si ya se está muerto en vida…
La prensa es dura, eso no lo niega nadie, siempre están a la caza de algo sobre lo cual hablar, y como no habrían de hacerlo, cuando en tu equipo juega uno de los mejores jugadores del mundo. Pero, aún sin tener el cuadro que se tiene hoy, la Juventus ha sido subestimada durante mucho tiempo. El equipo vivió sus años de oscuridad después del descenso a la Serie B, y todavía hace unos 5 años, el club no volvía figurar entre los equipos grandes de Europa. Aún recuerdo cuando la escuadra Bianconera volvió al mapa europeo, y no olvido cómo se subestimó a ese equipo.
En la fase de eliminación directa de la Champions 2014-2015, nos tocó jugar los octavos de final ante un Borussia Dortmund que lucía muy superior en plantilla, y que encima, en la ida, se mofó de aquella final ganada en contra de la Juventus en el ´97. Aquel partido terminó 2-1, y justo ahí, el equipo de Turín estaba muerto en vida, pues los medios ya pedían el acta de defunción del equipo. En aquellos días, yo tenía únicamente 14 años, muy joven como para que la gente creyera que me enamoré de este club en sus malos días. Nadie creería que en el partido de vuelta, se haría presente el número 10 de aquellos tiempos, Carlos “El Apache” Tevez, y en contra de todo pronóstico, el partido quedaría 3-1 en favor de la Vecchia Signora, 4-3 en el global, y con suerte, la Juventus seguía con vida.
Después de ganarle en cuartos de final al Mónaco, nuevamente le ponían fin a nuestros sueños, el Real Madrid nos esperaba en la semifinal, y aunque se le había ganado en casa con un marcador de 2-1, aún se decía por ahí “La suerte se les acaba en Madrid”, y ahí estaba el equipo, contra todo pronóstico jugando una semifinal de Champions League después de más de 10 años. El partido quedó 1-1, y por el resultado de la ida, la Juve pasaba a la final.
El partido contra el Barcelona fue la primera final en la que pude ver a mi equipo. Sufrí, lloré y me emocioné. A pesar de haber perdido, la novia de Italia había ganado algo más importante, el reconocimiento Europeo.
He visto a mi equipo ganar, caer, sufrir y volverse a levantar. Llegué cuando el equipo trataba de borrar al fantasma del descenso, lo vi ganar su primer título desde el regreso a la Serie A, presencié como ganaban 4 títulos seguidos y regresaban a una final de Champions, admiré la forma de dar la vuelta a un campeonato que habían empezado con más derrotas que puntos para poder conseguir con el quinto scudetto al hilo, sufrí al vernos caer en Cardiff ante un Real Madrid que hizo lo que quiso con nosotros. Los vi darle la vuelta al Tottenham de manera sorpresiva, para después caer 3-0 en nuestro propio estadio, pero la cosa no queda ahí, en la vuelta jugada en Madrid, se igualaba el marcador, y pese a perder la eliminatoria, supe que la Juventus, en esencia, significa no rendirse.
Hoy encuentro consuelo en eso, es aquellas palabras que yo mismo me inventé para colmar los nervios de cara a una eliminatoria. Y me siento feliz con ello, porque sé que este equipo no se sabe rendir, y que, si las cosas no salen bien y quedamos fuera de la Champions League, nos iremos no sin antes haber peleado. Después de todo, estaré con este equipo hasta el final.
